Puedo asegurar que nunca sentí algo tan fuerte. Me abracé a un sueño, o el me abrazó... la cuestión que cabe destacar es que ese abrazo me ablandó el corazón, me llenó el estomago y hasta me revolvió todas las tripas. Divagando por quien sabe que lugar me empecé a encontrar con un montón de sensaciones que pensaba ¡Que maravillosamente tan esplendido que es esto!, ya las ideas me crecian en la cabeza y hechaban tanta raiz y sacaban tantas ramas para todos lados que las tenia que largar!, uff agarrate catalina, un escorpiano empezó a explotar. Debates y debates y más debates sobre tantas cosas ya me hacian sospechar que no se podían quedar ahí nomas, tantos sentimientos encontrados tienen que significar algo, si no ¿para que están?...Tantas conecciones se sentian comunmente totales entre seres, que ni importaba el envoltorio, ¡nos queriamos comer todo el chocolate ya!, y entonces... si todo eso que nos hace sentir la alegria de la niñez y la madurez de la adultes en cada momento, existe, ¿Por qué tanto reniega la gente para encontrar la felicidad?. Ya se, ahora que el cuore está blandito y susceptible y me enseñó a dejarme llevar, a realizarme... a sacar mis ganas se donde está el problema. La moral, la razón, lo conceptual, el respeto, la conducta, viene todo desde ahí, desde algún magico lugar donde las sensaciones nos educan, y nos dicen que somos en verdad, a que pertenecemos y como poder explotar nuestro maximo potencial. ¿Podes imaginar que fuerte seria la cadena de maximos potenciales que podriamos eslabonar?.
Foto: Martín Rassetto.